Algunos Inventos de afrodescendientes
Algunos Inventos de Afrodescendientes. Mesa de planchar, la máquina que se usa para adherir el zapato a la suela, cepillo para el pelo, el peine,, el trapeador, el recogedor de polvo, el sacapuntas, la secadora de ropa, la cortadora de grama, el sistema de supercargado para máquinas de combustión, el refrigerador, el aire acondicionado, el elevador, el matasellos de correo, el filamento de los bombillos, el primer banco de sangre del mundo.
Invenciones e inventores
Del Delantal a la Pluma - Recuperando Memorias
jueves, 5 de diciembre de 2013
sábado, 16 de noviembre de 2013
jueves, 14 de noviembre de 2013
miércoles, 13 de noviembre de 2013
martes, 12 de noviembre de 2013
sábado, 9 de noviembre de 2013
La sombra novela de Ansina del escritor Jorge Chagas 2do premio del MEC comentario de Graciela Leguizamon
Tuve el honor de leer el manuscrito de Jorge Chagas y comparto mi reflexion sobre su obra la que merecio el Segundo Lugar en los Premios que anualmente otorga el Ministerio de Educacion y Cultura de Uruguay.
La obra “La Sombra” de Jorge Chagas se nos presenta como un film cinematográfico en que al darle voz a Ansina, este hace una recorrida fuerte e intensa de sus vivencias durante toda su vida junto a su incansable amigo Artigas. Tenemos en Ansina una voz que tiene mucha poesía, poesía de la que muchos dudan pero en esta obra se reafirma en cierta forma junto a las inclinaciones románticas de un autor que hace que Ansina hable de sus lanceros (amigos y compañeros), de las mujeres, de su prócer Artigas y de la sociedad de la época. Jorge Chagas ha mostrado una gran sensibilidad, a través de la investigación ardua e intensa de la vida y obra de Ansina. Ansina representa un capítulo olvidado y lejano no solamente para el colectivo afro sino para todo uruguayo/a que no esté interiorizado con la historia de ese período. Ansina transmite valores y pensamientos que podemos hallar en los cuentos africanos o en filosofías como las bantú o yoruba. En cierta medida, el autor nos transmite la sensación de que en forma inconsciente o, sin reconocerlo como tal, todo un colectivo ha sido ocultado y postergado por la sociedad uruguaya. Este Ansina, como narrador protagonista, llena un hueco imprescindible de alguien que no tuvo voz en nuestra literatura e Historia. Nos encontramos ante un Ansina pensante, reflexivo, inteligente y visionario, que no era ni fue, un simple cebador de mate pasivo y espectador de hechos. Compañero a la par de un Artigas también postergado en su tiempo, nos muestra un caudillo olvidado que susurra al oído de su amigo negro en una acción intimista: ”Aún me temen, negro, aún me temen”, mientras la cámara literaria de Chagas sigue descubriendo un Ansina insospechado para muchos. Creo que al leer la obra, muchos de nosotros tendremos la sensación que escuchamos nuevamente aquellos cuentos de nuestros abuelos, que nos hablaban de guerreros valientes que parecían invencibles y a veces terribles, que parecían sacados de alguna obra de Salgari o de algún otro libro viejo, de los pocos a los que ellos accedieron. Sin embargo, hay una versión diferente de la historia que leíamos en la escuela donde nos veíamos como “negros” sumisos y temerosos, guiados por blancos valientes y aguerridos. Un Ansina que se exorciza constantemente y a la vez exorciza a su amigo Artigas y a toda su raza través de este rico diario personal que desarrolla durante toda la obra. “¡Carumbé!¡Carumbé! ¡Carumbé!” El dolor y la pena acompañaron la vida de este Ansina de Chagas, que logra a través de sus palabras transmitir lo que pudo sentir del amigo y compañero de Artigas, su par, quien fue admirado por él, un Artigas sin distancias. Encontramos también partes donde el narrador nos lleva por un laberinto de una religión que hasta hace muy poco fue socialmente despreciada y odiada, sumergida en lo más oscuro de las mentes humanas. También encontramos en este Ansina la reafirmación del nombre. Se devela el secreto del nombre equivocado de dos grandes guerreros, Manuel Ledesma y Joaquín Lencina (Ansina). La historia no es nunca el relato de los grandes pequeños guerreros, no es nunca la sumatoria de aquellos pequeños nombres de los guerreros. ¿y qué importa si es Ledesma o no? ¿ y qué importa si son negros, si los negros son todos iguales?
Para terminar, me gustaría rescatar la parte que más me ha gustado de todo este trabajo:
“ - Hay algo a lo que temo más que cualquier otra cosa en este mundo, negro.
Y todos los argentinos orientales deberían sentir lo mismo que yo - me dijo, una vez, mi general mientras me cebaba un mate.
- ¿Al olvido?
- No
- ¿A la infamia?
- No
- ¿A qué le deberíamos temer, mi general?
- A que la Historia nos describa como lo que nunca fuimos”.
Creo que Jorge Chagas, en esta obra, en cierta forma está dándole paz a Ansina al no permitir que la historia lo describa como lo que nunca fue.
Graciela Leguizamón
Agradezco al Prof Lauro Marauda algunas precisiones
“La Sombra” de J Chagas (La novela de Ansina)
Y Nabou guió las letras de Jorge Chagas
La obra “La Sombra” de Jorge Chagas se nos presenta como un film cinematográfico en que al darle voz a Ansina, este hace una recorrida fuerte e intensa de sus vivencias durante toda su vida junto a su incansable amigo Artigas. Tenemos en Ansina una voz que tiene mucha poesía, poesía de la que muchos dudan pero en esta obra se reafirma en cierta forma junto a las inclinaciones románticas de un autor que hace que Ansina hable de sus lanceros (amigos y compañeros), de las mujeres, de su prócer Artigas y de la sociedad de la época. Jorge Chagas ha mostrado una gran sensibilidad, a través de la investigación ardua e intensa de la vida y obra de Ansina. Ansina representa un capítulo olvidado y lejano no solamente para el colectivo afro sino para todo uruguayo/a que no esté interiorizado con la historia de ese período. Ansina transmite valores y pensamientos que podemos hallar en los cuentos africanos o en filosofías como las bantú o yoruba. En cierta medida, el autor nos transmite la sensación de que en forma inconsciente o, sin reconocerlo como tal, todo un colectivo ha sido ocultado y postergado por la sociedad uruguaya. Este Ansina, como narrador protagonista, llena un hueco imprescindible de alguien que no tuvo voz en nuestra literatura e Historia. Nos encontramos ante un Ansina pensante, reflexivo, inteligente y visionario, que no era ni fue, un simple cebador de mate pasivo y espectador de hechos. Compañero a la par de un Artigas también postergado en su tiempo, nos muestra un caudillo olvidado que susurra al oído de su amigo negro en una acción intimista: ”Aún me temen, negro, aún me temen”, mientras la cámara literaria de Chagas sigue descubriendo un Ansina insospechado para muchos. Creo que al leer la obra, muchos de nosotros tendremos la sensación que escuchamos nuevamente aquellos cuentos de nuestros abuelos, que nos hablaban de guerreros valientes que parecían invencibles y a veces terribles, que parecían sacados de alguna obra de Salgari o de algún otro libro viejo, de los pocos a los que ellos accedieron. Sin embargo, hay una versión diferente de la historia que leíamos en la escuela donde nos veíamos como “negros” sumisos y temerosos, guiados por blancos valientes y aguerridos. Un Ansina que se exorciza constantemente y a la vez exorciza a su amigo Artigas y a toda su raza través de este rico diario personal que desarrolla durante toda la obra. “¡Carumbé!¡Carumbé! ¡Carumbé!” El dolor y la pena acompañaron la vida de este Ansina de Chagas, que logra a través de sus palabras transmitir lo que pudo sentir del amigo y compañero de Artigas, su par, quien fue admirado por él, un Artigas sin distancias. Encontramos también partes donde el narrador nos lleva por un laberinto de una religión que hasta hace muy poco fue socialmente despreciada y odiada, sumergida en lo más oscuro de las mentes humanas. También encontramos en este Ansina la reafirmación del nombre. Se devela el secreto del nombre equivocado de dos grandes guerreros, Manuel Ledesma y Joaquín Lencina (Ansina). La historia no es nunca el relato de los grandes pequeños guerreros, no es nunca la sumatoria de aquellos pequeños nombres de los guerreros. ¿y qué importa si es Ledesma o no? ¿ y qué importa si son negros, si los negros son todos iguales?
Para terminar, me gustaría rescatar la parte que más me ha gustado de todo este trabajo:
“ - Hay algo a lo que temo más que cualquier otra cosa en este mundo, negro.
Y todos los argentinos orientales deberían sentir lo mismo que yo - me dijo, una vez, mi general mientras me cebaba un mate.
- ¿Al olvido?
- No
- ¿A la infamia?
- No
- ¿A qué le deberíamos temer, mi general?
- A que la Historia nos describa como lo que nunca fuimos”.
Creo que Jorge Chagas, en esta obra, en cierta forma está dándole paz a Ansina al no permitir que la historia lo describa como lo que nunca fue.
Graciela Leguizamón
Agradezco al Prof Lauro Marauda algunas precisiones
lunes, 5 de agosto de 2013
miércoles, 31 de julio de 2013
martes, 28 de mayo de 2013
jueves, 16 de mayo de 2013
jueves, 2 de mayo de 2013
Las vestimentas africanas.
"El que controla el pasado controla el futuro; y el que controla el presente controla el pasado"
miércoles, 13 de febrero de 2013
Rosa Parks, la mujer sentada que puso de pie a los Estados Unidos
A veces los actos históricos se elaboran a partir de personajes simples y en su vida cotidiana.
Se cumplio el 4 de febrero el centenario de la militante cuyo gesto de negarse a ceder el asiento del colectivo a los blancos se convirtió en símbolo de la desobediencia civil en los Estados Unidos.
Si bien Rosa Parks no fue la única ni primera en negarse a "ceder su asiento en un colectivo de Montgomery, ciudad regida por las leyes segregacionistas conocidas como Jim Crow. Ya existía una larga historia de resistencia en Alabama y ella conocía los riesgos, sobre todo desde que uno de sus vecinos había sido golpeado a muerte por el mismo gesto. Pero ese 1 de diciembre de 1955 Parks no se había sentado en la parte “blanca” (delantera) del colectivo número 2857, sino en la parte del medio. Mientras atravesaba la Cleveland Avenue, fue el chófer, James Blake, quien le exigió que ceda su asiento, amenazándola con llamar a la policía si volvía a negarse –a lo que ella respondió: “hágalo entonces”. La llevaron detenida.
Su esposo y algunos amigos juntaron los 15 dólares de la multa para sacarla de la cárcel. Durante esa noche, se imprimieron 35.000 panfletos y se organizó en Montgomery el boicot que debía durar un día, mientras Parks declaraba ante los Tribunales. Como líder de la acción se designó a un joven pastor de 26 años, recién llegado a la iglesia bautista de Montgomery: el entonces desconocido Martin Luther King.
Gran admiradora de Malcolm X, Parks continuó su militancia durante décadas contra la segregación racial y la Guerra en Vietnam. Incansable, la mujer que siempre quiso mantener el perfil bajo fue, sin embargo la primera mujer afroamericana en ser velada en el Capitolio, en octubre de 2005.
Hace pocos días, a propósito de su centenario, se emitió en Estados Unidos un timbre postal a la efigie de Rosa Parks, llamada “Rosa Parks Forever”. Otro signo del reconocimiento público hacia uno de los símbolos de la desobediencia civil y la lucha por la igualdad".
Fuente http://www.revistaenie.clarin.com 11/02/2013.
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